Golf | Masters de Augusta

Jon Rahm conquista la chaqueta verde de Augusta como un gran campeón

Jon Rahm, a sus 28 años, se convirtió en el cuarto español de la historia que se enfunda la prenda con más mística del golf mundial, la anhelada chaqueta verde de Augusta. El de Barrica soportó mejor la presión del último día (con la propina del tercer recorrido pendiente de la jornada anterior) que ninguno de sus contendientes, incluido Brooks Koepka, que afrontaba el día en cabeza del torneo con dos golpes de ventaja sobre el genial vasco.

Al final, Rahm ganó su primer Masters de Augusta, el segundo major de su carrera tras el US Open de 2021, con -12 y 4 golpes de ventaja sobre los norteamericanos Brooks Koepka y Phil Mickleson. No cabe más simbolismo en el brillantísimo triunfo del español, que se forjó un 9 de abril, día en que nació hace 66 años Severiano Ballesteros. El León de Barrica, ferviente admirador del cántabro que rompió la baraja del golf mundial allá por los ochenta, no hubiera podido soñar un homenaje de similar belleza a su ídolo. "Hay veces que esas cosas ocurren, no sabes por qué", dijo días atrás Chema Olazábal ante la posibilidad de que Rahm ganara su primer Masters de Augusta el día del cumpleaños de Seve. Y esa cosa sucedió.

El golpe del día lo dio el campeón en el hoyo 14. Un golpe que hubiera firmado el mismísimo Severiano para dejar la bola a un metro del hoyo, un par 4 que resolvió en 3 para situarse con doce golpes bajo el par del campo y cuatro de margen sobre el segundo, entonces el venerable Phil Mickelson, que ya había entregado su tarjeta con 65 golpes.

Desde entonces, Jon Rahm se dedicó a administrar la preciosa ventaja, aunque sin renunciar a su genio, como demostró en la salida del hoyo 16, un par 3 envenenado.

Hundimiento de Koepka

El estadounidense Brooks Koepka afrontó el hoyo 17 a tres impactos de desventaja y, para más inri, hizo bogey para que Rahm afrontara el último hoyo con 4 golpes de margen.

En el 18, Rahm tuvo que salir dos veces. Pero su margen era amplísimo y con su par final, acabó en -12 y una tarjeta de 69 golpes. Al final, Koepka no tuvo más que felicitar al ganador. A la hora de la verdad, cuando los pulsos tiemblan, Rahm volvió a domeñar el suyo mejor que nadie.

Jon se enfunda la legendaria chaqueta verde henchido de gozo. Como ya hicieron Severiano Ballesteros en 1980 y 1983, José María Olazabal en 1994 y 1999 y Sergio García en 2017. El año que viene, Rahm pagará encantado la cena de bienvenida del Masters como vencedor de la edición anterior. La tradición lo manda. Seguro que, como buen vasco, diseñará un gran menú.

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